Para muchos el Manga y el Anime es una obra digna someterse a fuertes procesos de censura hasta hacerla desaparecer, porque generalmente se cataloga a esta expresión artística de estar cargada de perversión y ocultismo. Aunque muchos “otakus” lo nieguen, no deja de ser en parte verdad. Podemos citar X de estudios Clamp, o Tokyo Babilon, y Angel Santuary, pero eso es punto aparte.
También podemos mencionar series como Remi, Marco, y Heidi, que son cuentos famosos llevados al celuloide por parte del prodigioso Hayao Miyasaki. Y ¿por qué no mencionar hasta la vida, pasión y muerte de Jesús? Se puede encontrar en películas anime dirigidas por famosos directores como Shinishiro Watanabe. Y es que al ser un producto de alcance mundial, también es usual ver en un anime una fuerte crítica a las sociedades, como es el caso del clásico “La Tumba de las Luciérnagas”, o “La Princesa Mononoke”, ambas de Estudios Ghibli.
El anime ha tomado a nuestra sociedad en todas las áreas. Desde la fé hasta la ciencia, y es por eso que fácilmente se pueden encontrar grupos organizados de personas que comparten el gusto por este arte. Foros de discusión, páginas informativas en el Web, revistas, programas radiales y especiales en los medios informativos son fáciles de ver en cualquier parte del mundo.
No solo es cuestión de apreciar el anime. Quien gusta de este fenómeno también desea ser parte de él, por eso se realizan eventos o convenciones a pequeña y gran escala, donde se exponen colecciones de artículos de gran valor relacionados con anime. También están los Cosplayers, que son aquellos quienes elaboran trajes y se maquillan para parecerse a sus personajes favoritos.
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